Soy filósofa de mi propia existencia, es decir, poetisa
Soy filósofa de mi propia existencia, es decir, poetisa

Aniversario de un pequeño gran paso

Hoy, 16 de mayo del 2024, es un día importante para mí: hoy, hace 6 años ya, me fui de Alemania. Volví a España, como decimos en mi país, “con una mano delante y otra mano detrás”: sin dinero ni trabajo, con 2 maletas, mi pasaporte y directa a casa de mis padres, sin saber cuándo volvería a estar con mis gatas. Muy depresiva, pero valiente y decidida.

Tuve que irme de Alemania, como quien dice, “por la puerta de atrás”, sin despedirme de muchas buenas personas a las que apreciaba y que me caían muy bien, simplemente por ser “la ex de…”: del amigo que quedaba bien con todos, de quien nadie pensaría mal, porque nadie intuía realmente lo que se cocía entre las cuatro paredes, pues yo no contaba nada y encima me avergonzaba de mí misma por todo ello.

Yo sabía que, al dejarle, y encima por un mexicano, quedaba como la mala de la película… Aunque no sé si eso pensarían de mí o no, pero sentía que debía protegerme de todo y todos.

Irme de ahí fue una decisión tan trascendental para mí que me urgía estar en paz, lejos de tener que dar explicaciones y de habladurías.

Desgraciadamente, a toda esa gente que estimaba la tuve que bloquear después por precaución, cuando empezó el sucio y largo proceso legal de separación y divorcio.

La magia comenzó a los pocos días de llegar a España, cuando volé por primera vez en mi vida a México para conocer en persona a Hugo Ortega Vázquez. “¡¡¡Qué locura!!!” era lo más suave que me decían quienes se atrevían a opinar de mi vida y mis decisiones, mas yo estaba segurísima y no me equivoqué, pues vernos en carne y hueso fue una confirmación de lo que ya sabía.

En estos 6 años, han pasado muchas cosas muy malas: la muerte de una de mis 3 gatas, Arcki, en enero del 2020, envenenada por los herbicidas de una planta, y la enfermedad y muerte de mi padre, en julio del 2021, por la negligencia médica de dejarle 10 meses esparcir su cáncer más los efectos secundarios que le provocó la kakuna. Éstos fueron los peores golpes que no olvido ni voy a olvidar, por todo lo que conllevan y por todo de lo que me hicieron darme cuenta, pero hubo más…

Sin embargo, también han pasado cosas muy buenas en estos 6 años. Hoy ya estamos casados y viviendo juntos los dos “locos”: el poeta mexicano y la poetisa española, nuestras gatas están con nosotros sanas y contentas y hemos encontrado nuestro hogar en la zona más hermosa (para mi gusto) de Galicia: una casa antigua de piedra con un montón de terrenos entre los montes del Caurel y la Ribeira Sacra del río Sil, en medio del paraíso en el que tengo raíces, mi lugar favorito en el mundo desde que tengo memoria.

Todo lo que hemos logrado en este tiempo ha sido gracias a 3 características: ser soñadores, ser inconformistas y ser obstinados. Cuesta mucho salir de la zona de confort, pero es necesario pasar de sobrevivir, muriendo lentamente, a VIVIR. Y la experiencia me lo ha confirmado.

Así que… ¡feliz recordatorio para mí es este día!

Mis poemarios (te sorprenderán)

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