Una compañera poetisa mexicana llamada Paloma Cuevas nos invitó a Hugo y a mí a participar ayer en la tercera jornada del Festival Internacional de Poesía, que reunió a poetas de todo el mundo a través de internet. ¡Muchas gracias, Paloma!
Hugo leyó un breve fragmento de una crónica en la que está trabajando actualmente y en la que reflexiona sobre el Coronavirus y el confinamiento. Después leyó su hermoso y mágico poema La ciudad confidente, que lo escribió como regalo en mi último cumpleaños (el mejor regalo).
Yo leí tres poemas: el primero fue Por qué la belleza de tu corazón es una, de mi poemario Dialéctica de ojos. El segundo fue Ella es roja, de mi futuro libro La gran explosión en mí. Este texto está inspirado en los paisajes de Marte, de nuestro planeta vecino al que conocemos por el nombre del dios de la guerra romano, pero cuya topografía se asemeja más bien al cuerpo de una mujer. El último poema, Estragos de la mirada, está inspirado en Hugo.