Soy filósofa de mi propia existencia, es decir, poetisa
Soy filósofa de mi propia existencia, es decir, poetisa

Sirius Ometecuhtli

«La luz de Sirius tarda 8,611 años en llegar a la Tierra.» El día en que nos conocimos Hugo y yo, lo contemplaba en el cielo nocturno imaginándome qué haría y dónde estaría cuando sus rayos sembraran mis ojos.

Estrella Sirius

Desde aquella fecha y hasta que nació, han pasado 8,611 años, 5 semanas y 4 días.

El día en que supe que estaba embarazada de él, volvió a saludarme en la cúpula del atardecer. Enardecía con más fuerza intuitiva a medida que se marchitaba aquella jornada anaranjada, hasta destacar en la oscuridad aun por encima de la Luna.

Pasó meses deviniendo en mí por encima de mi sombra.

Como auténtico mexicano, Sirius tiene la fuerza de Ometecuhtli, «El Señor del Dos»: quien parte el Uno-Absoluto en dos y cosecha millones de relativos, quien transforma la luz en carne, carne luminosa viajando en mi vientre por la expansión de las células y el universo a través de mí.

Y así traje yo a mi Ometecuhtli a este mundo preñado de relatividad: partiéndome en dos intencionadamente y prendiendo millones de fuegos naturales mientras él atravesaba mi sagrado umbral terrestre.

Último minuto de Plight y principio de Premonition, de Jorge Reyes: Hugo le ve brotar la aureola de entre mis piernas; Hugo se vuelve el único terreno fértil sobre el que me sostengo y hacia donde apunta mi alumbrar.

Se llama Situación difícil y Premonición la banda sonora de Sirius Ometecuhtli al momento de abandonar la nave interestelar y sumergirse en los latidos que reverberan por encima de mi pecho.

8,611 años, 5 semanas y 4 días después de conocernos su padre y yo, la luz de su mirada se abre prendiéndose en la mía durante el instante infinito en que le doy la bienvenida.

Aquellas noches estrelladas de otro tiempo y otro lugar simplemente presagiaban que daría a luz a quien en verdad me daría a luz a mí.

Su cuerpo ya nunca más estará navegando en mi interior, pero aquí afuera le vamos a inculcar que siga brillando genuinamente.

Creo que ésa será la lección más importante en su vida. Tal vez, lo será en la nuestra.

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