Soy filósofa de mi propia existencia, es decir, poetisa
Soy filósofa de mi propia existencia, es decir, poetisa

3 años

Hoy hace tres años cambió mi vida. Hoy supe que existes y nada volvió a ser igual. Cambió algo en mi interior, cambié lo que había a mi alrededor. Con solo conocer tu existencia, se abrió una gran puerta de luz dentro de mí y cerré otra que no era mi lugar. Me partí en dos para esparcirme, me sostuviste, me atreví a volar, me diste más fuerza.

Hemos superado muchísimas dificultades: la mayoría de la gente que no creyó en nosotros, otros que se hacían los indiferentes, o que se hacían pasar por amigos, gentuza que intentó separarnos con maña, personas cercanas que no aceptaban muestra relación. ¡Gracias a los pocos que desde el principio nos apoyaron sin prejuicios de mierda! Inseguridades, miedos, malentendidos… Nada pudo detenernos, ¡ni siquiera los 10.000 km de océano que mantienen nuestras pieles lejos! Porque cuando de verdad se quiere, se puede y se lucha y se cambia y se hace todo.

La confianza que nos tenemos es inquebrantable. Nos hemos demostrado en estos tres años compromiso, sentimiento y sinceridad y no ha habido ni una vez un motivo real para que se rompiera. Fuegos artificiales y mucho humo alrededor sí, pero, tanto tú a mí, como yo a ti, siempre nos hemos reforzado y vuelto a demostrar que podemos confiar el uno en el otro.

Fue mágico cuando todo esto comenzó… Extraño y enigmático. Y lo bonito es que hemos trabajado muchísimo en nosotros y ninguna magia se ha esfumado, ¡al contrario! Cuanto más tiempo pasa, más nos unimos, y más increíble se vuelve.

El amor es eso: compartir la vida con quien de verdad te conoce, te entiende, te acepta, te apoya, te ve y te ves en él y, viéndote en la verdad de tu existencia, te ayuda a ir por tu camino. Porque el amor es lo contrario al egoísmo y a las apariencias. Es compartir tu ser, ser tú misma y fundirte con él. No es fingir, ni dejar de ser quien eres. Él es tu espejo y te facilita una visión más completa de tu personalidad y tu esencia. Te ayuda a evolucionar y a ser mejor persona, es decir, a ser más verdaderamente. El amor de verdad es desinteresado e incondicional. Mi amor de verdad llegó a mi vida un 8 de marzo de 2017 y se llama Hugo Ortega Vazquez.