Hoy hace dos años que supe de tu existencia. Hiciste “click” para cambiarme la vida radicalmente. Te reflectaste en mí y me vi en ti. Pero no fue un reflejo, sino el primer resplandor de la verdad que nos llevó el uno al otro: porque no fuiste tú quien vino primero a mí, ni yo la que voló primero hasta ti, sino que en el centro nos encontramos, cruzamos más de un mundo de luz y nos fundimos. Hoy, ayer y mañana.